Nina Priorat ı Cosmética natural hecha en Barcelona

Tengo que admitir que hay marcas que, por su filosofía y forma de hacer las cosas, me entran por el ojo incluso antes de probarlas. Es el caso de Nina Priorat, una marca que trabaja de forma artesanal, con ingredientes naturales y ecológicos, utilizando materias primas de su propia comarca. Estas son las premisas con las que conocí la marca, y debo reconocer que de primeras me gustaron mucho.

Nina Priorat nace en Barcelona, en la comarca del Priorat, y aunque sigue siendo una empresa pequeña, llevan trabajando 7 años en el sector. La marca, además de por crear una cosmética totalmente natural, se caracteriza por utilizar ingredientes autóctonos, principalmente la uva de los viñedos de su propia comarca, aunque también utilizan aceite de avellanas y aceite de oliva, entre otros.

He tenido la oportunidad de probar tres de sus productos y hoy retomo el blog tras un paréntesis (la vida real a veces no da tregua), para hablaros de ellos. Son la Crema Hidratante con Extracto de Uva, el Aceite de Avellana, y la Crema para pies. Vamos a verlos.

Crema Hidratante con Extracto de Uva

Esta es una crema corporal con una textura rica y fundente, y un olor muy agradable que describiría como frutal, muy fresco. Aunque ya por su nombre podemos intuir que contiene aceite de uva, su INCI es mucho más extenso y completo: Manteca de karité, aceite de almendras, aceite de argán, proteína de trigo,  y aloe vera entre otros.

En la práctica es una crema de textura rica aunque no compacta, tal y como cabría esperar por el formato en el que se presenta. Definiría su textura como media, aunque se nota bastante que es rica en aceites. Su olor es frutal, ligeramente ácido, muy agradable y sensorial.

 

Una vez en la piel se desliza con bastante facilidad, aunque yo soy de las que suele pasarse con la cantidad (mi piel en general y en especial la corporal es muy seca), y tarda un poquito en absorberse. Para mi no es problema -¡al contrario!- porque justo aprovecho para masajear y favorecer la circulación y la absorción.

Me ha gustado mucho, deja la piel suave, hidratada y lo más importante para mi, con sensación de elasticidad. No noto que la hidratación desaparezca una vez se absorbe, cosa que agradezco bastante, y el tarro cunde muchísimo. Para mi aprueba y con nota.

Crema de Pies con Aceite de Oliva

Tengo que reconocer que hasta hace un par de años, las cremas de pies y yo éramos completas desconocidas. Sabía de su existencia pero no las había incorporado en mi rutina en ningún momento, y si necesitaba un plus de hidratación o nutrición tiraba de mantecas o hidratantes y listo. Pero desde hace un par de veranos empecé a notar cómo los pies se resentían, sobre todo con la llegada del verano, y estos dos últimos veranos han sido especialmente duros con mis pies, así que llegó el momento de poner un nuevo paso en mi rutina de noche.

Utilicé esta crema el verano pasado, que como os digo he tenido los pies más secos que nunca -es la edad, me dijo mi cuñada, que todavía se estará acordando de la mirada que le di por respuesta-. El caso es que incorporé esta crema a mi rutina este pasado verano, y tengo que deciros que no empezamos con buen pie (nunca mejor dicho). La fórmula es muy buena: Aceite de oliva, glicerina, aceite de almendras, manteca de karité, aloe vera, mentol, y menta. Y justo en estos dos últimos tropezamos, y es que la cosmética con olor a menta y yo no nos solemos llevar bien, así que las primeras veces la utilicé porque todo lo demás sí me gustó, sobre todo su textura, pero el olor y yo no hicimos buenas migas en principio.

El caso es que con el paso de los usos, noté los pies mucho mejor, más hidratados, y menos secos y agrietados, así que el olor pasó a un segundo plano y la terminé de un tirón, utilizándola todas las noches. Es cierto que el olor no es muy potente y que no tiene un efecto frío hielo -que quizás si fuese así no habría idilio que valga-, pero el resultado fue muy bueno y este es uno de esos casos en los que el resultado gana al olfato.

Aceite de Avellana

De nuevo nos encontramos con un producto que, aunque en su nombre lleve un ingrediente principal, se compone de diferentes aceites: Avellana, camomila, caléndula, soja y girasol.

La marca indica que este es un aceite facial y corporal, aunque en mi caso lo he utilizado únicamente como aceite corporal, después de la ducha, con la piel todavía húmeda. 

Este es un aceite de color dorado y textura media -no es un aceite seco, pero tampoco es muy graso-, de color dorado y olor a avellana. Su fórmula es sencilla pero es muy eficaz, dejando la piel elástica y con un brillo saludable muy bonito. Con él he notado principalmente su efecto calmante, yo -que insisto, tengo la piel corporal muy seca- suelo sufrir descamaciones y picor, y este aceite me deja la piel en calma. La caléndula y la camomila es siempre una combinación ganadora.

Lo he gastado combinándolo con la crema corporal y lo cierto es que ambos me han funcionado muy bien, por un lado la crema me aportaba hidratación y elasticidad, y por otro el aceite me deja la piel en calma y le devuelve ese brillo de piel bonita y saludable.

Como decía al principio del post, hay marcas que entran por el ojo nada más conocerlas, y justo Nina Priorat lo hizo por sus fórmulas sencillas pero eficaces, con ingredientes totalmente naturales y con alma artesanal. Yo lo llamo el triunfo de lo sencillo, y una vez más se cumple.

¿Conocíais la marca? ¿Os llama alguno la atención?