Hace unos años, cuando la vida era normal y las mascarillas sólo se utilizaban en los quirófanos, hicimos un viaje a Londres en el que una de mis premisas era conocer cuantas más marcas nuevas de perfumes, mejor. Quería probar y experimentar nuevos aromas y mezclas, y descubrir marcas que muy probablemente no tendría posibilidad de probar en la ciudad donde vivo.
En esas, en una visita a Liberty London en la que pude probar un montón de marcas nuevas para mi, hubo un perfume que me hizo mella. Fue un amor tardío, ya que de primeras aunque me gustó, no hubo flechazo. Es lo que tiene probar muchos perfumes a la vez y darles sólo los primeros instantes de beneplácito para sentenciar y pasar al siguiente.
El caso es que probé este perfume -y muchos más- en un papel secante, y su salida me pareció tan rara, que rápidamente me eché el papel al bolsillo y me dispuse a probar otros, y así eché la tarde.
Cuando salimos, dimos un paseo, y pasadas las horas, metí la mano en el bolsillo de mi abrigo y había algo, lo saqué y allí estaba el papel secante, que instintivamente me llevé a la nariz y ahí sí: Se hizo la magia. Hasta tal punto fue este amor a segundo olfato, que tuve que volver otro día a las galerías a buscar qué perfume era exactamente aquel que me había conquistado. Y aunque tarde, di con él. Lo probé en la piel y me vine con la espina de no haberlo comprado, cosa que hubiese hecho si hubiese tenido la certeza de que no me equivocaba de perfume y era el mismo que me había enamorado días antes.
Ese perfume era, como podéis imaginaros, Patchouli Nosy Be, de Perris Monte Carlo. Tan cálido, tan terroso, tan achocolatado, que casi parecía que podía abrazarme. Sin duda es un perfume muy reconfortante, y hoy vengo, historias aparte, a hablaros de él.
La historia de la marca la encontráis unos post atrás, y es que Perris Montecarlo es una casa que me gusta y mucho: Perfumes con una nota protagonista, que la casa se encarga de cosechar a lo largo y ancho del mundo en busca de la mejor calidad, y que acompaña con otras creando perfumes nicho muy especiales. Cuentan con varias colecciones inspiradas en ingredientes de diferentes partes del mundo, y también cuentan con extractos de sus perfumes más míticos, pero para mi sin duda es esta, la Black Collection, la más especial y la que más me gusta.
Patchouli Nosy Be es un perfume que pertenece a la familia olfativa amaderada especiada, y es un perfume unisex. Su particularidad y punto más especial es justamente la materia que le da nombre, el pachouli, que recolectan en la isla Nosy Be, al norte de Madagascar.
Es curioso porque en el tiempo que llevo haciendo reseñas de perfumes, he notado que patchouli es una palabra que de primeras, suele tirar para atrás. De hecho a mi también me sonaba a perfume barato, o incluso caro pero cargante, o pasado de moda, pero nada más lejos de la realidad. Me resulta como digo curioso este rechazo, porque si un ingrediente ha estado de moda en los últimos años, es justamente el pachouli y los famosos y explotados fruitchoulís, que dicho así igual suena a chino pero veréis: La Vie Est Belle, Sí de Armani, Miss Dior... Que no son perfumes precisamente poco explotados, y todos comparten la misma nota principal, el patchouli.
Dicho esto, Nosy Be es un perfume cuya nota principal es el pachouli, pero no se basa únicamente en él, sino que está acompañado por otras notas de igual calidad como el cacao, el ládano o la pimienta rosa. Os dejo la pirámide:
Salida: Pachouli, pimienta rosa.
Corazón: cacao, ládano.
Base: pachouli, vainilla, sándalo y cedro.
Sin duda es un perfume cálido, y en mi opinión, únicamente de otoño/invierno.
Como os cuento en la historia del principio, su salida no me enamoró, y es que tiene una salida muy terrosa, diría que casi mentolada, que cuesta asimilar y que no me pareció unisex. El caso es que esta etapa dura apenas un par de minutos y es entonces cuando se balancea enormemente y aparecen la vainilla y el cacao, que equilibran la nota principal, y el resultado es no sólo mucho más llevable, sino que es sencillamente espectacular.
En esta etapa, el perfume se vuelve dulce sin ser ni mucho menos un dulce repostero, sino más bien un dulce elegante, cálido, muy equilibrado, el cacao y la vainilla hacen su trabajo y relajan la nota terrosa del pachouli, y el pachouli equilibra el dulce de la vainilla y el cacao, así que las notas se complementan de una forma maravillosa y el resultado es excepcional.
en cuanto a la duración, también es excelente, en mi piel puede durar fácilmente unas 8 horas utilizando 3/4 pulverizaciones. Sinceramente, ni me atrevo ni creo necesario utilizar más cantidad. En cuanto a su estela, es media, no creo que sea una bomba pero es fácilmente perceptible por quien te acompaña.
Creo que es un perfume que sólo podría utilizar en clima frío, templado como mucho, y aunque es muy muy elegante, también es muy versátil y podría adaptarse bien a cualquier tipo de situación.
Patchouli Nosy Be me enseñó -una vez más-, que no hay que juzgar ni dejarse llevar por las primeras impresiones, y es que este es un perfume con una calidad excelente, que aunque tiene un desarrollo relativamente corto, pasada la fase inicial del primer spray, es una auténtica joya que merece la pena probar.
En España lo encontramos en
Notino, web que os recomiendo además de por su rapidez en los envíos, por la increíble competitividad de sus precios. Si os gustan los perfumes y sobre todo la perfumería nicho y tenéis echado el ojo a algún perfume, no dejéis de compararlo en su web, que probablemente os podréis ahorrar unos eurillos.
¿Qué os parece? ¿Creéis que os gustaría?
Con esas notas, me provoca una intensa curiosidad. Y las fotos me han encantado, son preciosas y evocan sensualidad, captan muy bien la esencia de la fragancia.
ResponderEliminarBesitos.
Lo primero, saludarte Marta, he encontrado de casualidad, buscando información adicional a este perfume de Perris Montecarlo, esta grata sorpresa de reseña y lugar. La verdad, siempre miré a la distancia a Perris, primero porque soy un iniciático en el mundo nicho, y también porque lo veía con un aire demasiado "snob/elitista", hasta que una amiga me hizo llegar Bois d'Oud sabiendo que podría gustarme. Sencillamente, me enamoró. Tanto es así, que la marca me ganó por la mano, o por sus delicados y elegancia en el trato de los aromas. En breve me lanzaré a por esta experiencia de Madagascar. Estoy con Noelia, has escogido unas fotos evocadoras. Un saludito.
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